¿Muñecas? -Libre-

Era una hermosa noche para caminar por el mercado y tal vez encontrar una presa, mirada desinteresada a la multitud que danzaba delante de sus ojos, no habia nada interesante.
Siguio caminando hasta que se encontro delante de una tienda de muñecas, eran hermosas, recordaba que cuando era pequeña le gustaban mucho... cuando era mortal.
De repente miro a una pequeña niña mirando el escaparate, en verdad era hermosa, ella en si misma parecia una muñeca, de repente un grotesco hombre se acerco a ella, parecia el dueño de la tienda... cuando menos se lo espero el tipo estaba pegado a la niña tocandola de una manera indebida, pero la pequeña no parecia reaccionar ante las acciones del mayor por lo que morena decidio intervenir.
-Asi que tu seras mi alimento esta noche..
Se acerco sigilosamente hasta estar al lado del hombre que aun tenia a la niña sostenida con sus grotescas manos.
-No prefieres a alguien mayor?? - uso sus poderes para atraer la atencion del hombre, los vampiros siempre son seductores para atraer a sus presas.
El corpulento hombre solto a la pequeña y miro a la vampira.
-Tambien quieres una muñeca?- exclamo por lo bajo mientras trataba de tocar a la chica.
-Preferiria otra cosa de ti- miro rapidamente a ambos lados y con una rapidez impresionante mordio su cuello comenzando a beber su sangre.
Los transeutes que pasaban solo creian que lo besaba por que le hombre no profería ningun sonido.

Comenzaba a sentir el liquido carmesí en su paladar, era tan exquisito, la sangre de alguien tan ruin como él, siempre era deliciosa, bebía lentamente permitiendo que su corazón bombeara mas sangre hasta donde estaban sus colmillos.
Cada poro de su piel, cada célula de su cuerpo comenzaba a sentir los efectos de la sangre ingerida, el delirante placer de beber esa ambrosía carmesí.
Como un rato la atravesó una poderosa presencia, no estaba segura de lo que era pero se encontraba muy cerca, en concreto donde se suponía que estaba la niña.
Sus agudos pudieron percibir como los vidrios de la tienda se rompían y casi podía ver a las pequeñas muñecas escapar de su lugar de reposo y flotar, por un momento temió que la atacasen pero para su sorpresa se agazaparon sobre el cuerpo del hombre y comenzaron también a succionar la sangre de ese repugnante ser.
La chica se aparto, no podía beber si ellas lo hacían por que posiblemente ellas no se detuvieran aunque el muriera y ya no podia permitirse eso... o la muerte la arrastraria junto con ese sujeto.
Miro no menos que asombrada a las hermosas muñecas causandole pequeñas heridas al hombre, giro su mirada a la niña, parecia otra de cuando la habia visto por primera vez...
No se atrevia a decir nada, solo observo como el hombre era llevado de la mano a los brazos de la muerte.