Nombre: Yukio
Edad: Cualquiera, le da igual.
Raza: dios
Rango: dios de las sombras
Sexo: Los dioses tienen sexo? Si es así, este escogería masculino.
Inclinacion: ¿?
Seme, uke o suke: Averígualo.
Descripción física: Morfología semejante al de un ángel oscuro, plumaje lúgubre que abarca gran extensión del cielo al momento de alzarlas, por lo que casi nunca las ocupa pues augura eclipse inminente sobre la faz de la Tierra. Mide 2,05 m. de altura, palidez sepulcral recorre toda la extensión de su cuerpo, el cual, en su forma verdadera presenta yagas, pues el cuerpo del dios es cuna de infecciones sin cura aparente; su cuerpo leproso supura líquidos en diferentes tonalidades y hedores irrespirables producto de las yagas. Muta a cuerpos más apropiado para un ser de maldad, de modo que su apariencia no sea limitante al momento de acercarse a sus enemigos y víctimas. Su sombra es una de sus armas, la manipula a su antojo, la que en ciertas ocasiones hace las veces de hoyo negro, para obtener lo que desea, se alimenta de luz y de los cuerpos de las víctimas de sus masacres. Puede mezclarse con cualquier otra sombra, resultando efectos adversos al que está ante su presencia. Viste de negro, utilizando algunas vendas que cubren las marcas que han dejado las batallas a lo largo de las eras. En su otra morfología, es un ser tan blanco como la nieve que incluso la luz del sol podría dañar la dermis lívida expuesta, viste de este modo, ropajes que cubran casi por completo su anatomía, los cabellos largo, lacios y plateados hacen gala como una majestuosa capa que cubre la espalda del dios de las sombras.
Psicologia: Indolente, sólo le importa lograr sus objetivos a como de lugar utilizando todas las artes de las que es conocedor. No simpatiza con nada relacionado a los afectos, sólo el odio y rencor inundan su ser. Sadismo y descontrol.
Gustos: El derroche de sangre, la tortura y el asedio de los más débiles.
Habilidades: No las demuestra, no le interesa aquella palabra tan “buena”.
Debilidades: Al momento de sacar la mitad de su columna para utilizarla como espada, en aquella zona, justo entre los omoplatos, queda un espacio, del tamaño de una hoja, desprovisto de sombra, lo que resulta ser su punto débil, ya que si es atacado justo en este punto, pierde parte de la magnitud su sombra y ya la espada se inmoviliza, regresando a su dueño para completar el cuerpo como necesidad biológica, restándole la mitad del poderío al dios oscuro.
Armas: Las sombras que manipula como extensión de su ser, sus huesos al igual que armas blancas que pueden llegar a defenderle cual perro a su amo.
Historia: Siempre estuvo presente en la mente del gran dios, simboliza la parte más macabra de éste y sólo se dejó mostrar una vez que todo estuvo asentado como el grande deseaba. Deambuló por el mundo difuso entre el viento, la mente y lo material, reuniendo información de los que existían hasta el momento para de a poco comenzar a armar un cuerpo con los restos de animales y cadáveres humanos. Por ello su cuerpo muta a diferentes imágenes, la más apropiada para él, ahora erra por el mundo intentando encontrar algo de paz, que incluso un ser como él anhela en su interior.
Anexos: Al momento en que la batalla se avecina, arranca la mitad de su columna vertebral blandiéndola en sentido giratorio con el fin de que ésta adquiera aspecto de una espada retráctil, que toma el tamaño necesario para dar alcance a sus presas. Y puesto que es parte de su cuerpo, al momento en que la alejan de su dueño, la espada se convierte en un esqueleto de serpiente de grandes proporciones, actuando autónomamente para defender a Yukio. En cuanto la gran serpiente es deshecha, el polvo en que se convierte, se transforma en una película de hueso que cubre todo el suelo y de éste brotan enormes púas que atraviesan todo cuanto lo toca. Este dios, utiliza las sombras y sus huesos como armas.
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